Terminó la campaña electoral, pasaron las elecciones y es tiempo de hacer balances. Es necesario entonces analizar el resultado de la elección en la Ciudad de Buenos Aires, en la que más allá del primer puesto obtenido por el oficialismo local, el Proyecto Sur de Pino Solanas ha sido la figura (empujado por Clarín, que necesita imponer un candidato con chances de impedir un triunfo de Kirchner en la primera vuelta del 2011), obteniendo poco más del 24% de los votos, y con ello cuatro bancas en la Cámara de Diputados y ocho en la Legislatura de la Ciudad (totalizando nueve a partir de diciembre y convirtiéndose en la segunda fuerza de ese cuerpo).
Hay varios aspectos a analizar en este resultado. El primero de ellos es que el PRO ha perdido una banca en la Legislatura y se va a enfrentar a una oposición más dura en Perú 160, lo que hace prever un fuerte impulso legislativo a las iniciativas pendientes del Jefe de Gobierno en lo que resta de este año: venta de terrenos en Catalinas, aprobación del presupuesto con fuertes subas de impuestos y posiblemente nuevas autorizaciones de endeudamiento. Los números de la Ciudad no cierran (por mucho) y el segundo semestre mostrará un fuerte ajuste en las cuentas (no por nada Macri fue el que había convocado a elecciones el 28 de junio antes que se le ocurra al Gobierno Nacional la feliz idea), que se traducirá en despidos a contratados, menos insumos para salud, más recorte en educación, conflictos salariales sin resolución y mucha menos obra pública (probablemente con excepción de la que le toca a los más amigos), ya que ahora no hace más falta maquillar la Ciudad para salvarle las papas a Michetti. Macri va a necesitar pagar el costo de poner las cuentas en orden con el resultado de las elecciones bien fresco, de modo de no empañar sus perspectivas a futuro si es que quiere reelegir o ser presidente.
Otro aspecto muy interesante es que la diferencia entre el PRO y Proyecto Sur fue de menos de siete puntos, y esa diferencia fue obtenida en los barrios más caros de la Ciudad: Belgrano, Palermo, Puerto Madero, etc. El dato más saliente es que el PRO perdió en varias zonas de Buenos Aires (incluso en Comunas completas como en la 15), y a lo sumo obtuvo diferencias exiguas allí donde predomina un electorado de clase media o baja.
Hay claramente alguna clase de mensaje electoral hacia el Gobierno de Macri que está siendo tapado por la urgencia de otros análisis, porque si tenemos en cuenta que la campaña se centró en lo nacional y prácticamente no se discutió la Ciudad (uno de los motivos del fracaso de la campaña de Diálogo por la Ciudad probablemente haya sido centrar la discusión en una agenda local que no coincidía con el principal interés de los porteños mientras Pino solanas focalizó en la discusión Nacional), cuesta entender la fuerte caída del PRO respecto de la elección de 2007 (tal vez con el atenuante de que ésta había sido una elección para cargos ejecutivos) e incluso respecto de 2005. Por otra parte, puede ser que tal vez el electorado porteño no se sienta del todo identificado con la idea de volver a la política de los años 90...
Solanas indudablemente se posiciona como el principal referente del espacio de centroizquierda en la Ciudad de Buenos Aires, duplicando el resultado de Heller y multiplicando casi por ocho el resultado de Ibarra. La incógnita es si piensa avanzar en la construcción de un espacio más amplio que le permita capitalizar la posibilidad cierta que se abre de recuperar la Ciudad de cara al 2011. Solanas se ve ahora ante la posibilidad de convertise en el principal referente de su espacio a nivel nacional, si es que el kirchnerismo no logra volver a tomar el protagonismo en la agenda de reformas que le dio el triunfo a Cristina y dada la derrota del socialismo en la provincia de Santa Fe a manos de Reutemann. Parece difícil que pueda concretar en tan sólo dos años un armado con chances de pelear la presidencia, aún con el espacio casi vacante (podríamos contar a Luis Juez, pero probablemente éste intente ser Gobernador de Córdoba).
Respecto de la Ciudad, parece poco probable que Solanas desee ser candidato a Jefe de Gobierno en la próxima elección, pero sin duda su espacio va a ocupar un rol determinante en la Ciudad a partir de ahora. La posibilidad de lograr que la Ciudad deje de estar en manos de los contratistas de obra pública y de sus familiares es bastante concreta si tenemos en cuenta que Macri se verá fuertemente restringido por las consecuencias de su propia gestión económica del último año y medio, pero requiere de una construcción más amplia que incluya a otros sectores del espacio progresista. De hecho, en la Legislatura se podría concretar una fuerza legislativa que alcance o incluso supere las 15 bancas, concentrando mejor recursos y discursos, y exponiendo más claramente a un gobierno que ha hecho un culto del desplazamiento de sectores postergados para arreglarle las veredas a los sectores más acomodados.
Hay que pensar para adelante. Es muy bueno el análisis. Seguramente vamos a encontrar múltiples coincidencias con los nuevos bloques, se puede aspirar a una confluencia programática, y a organizar encuentros territoriales y temáticos de espacios políticos colectivos para la discusión y elaboración de propuestas.
ResponderEliminarMe anoto desde el vamos. Un abrazo ¡Gracias por todo! Maria Elena Naddeo