jueves, 24 de septiembre de 2015

El ajuste al Hospital Garrahan


Asistimos por estos días al reclamo de los trabajadores del Hospital Garrahan, que solicitan al Gobierno de la Ciudad que cumpla con el 50% del financiamiento del reconocido Hospital de Pediatría:
"El Hospital es financiado conjuntamente por el Estado Nacional y el Gobierno de la Ciudad en partes iguales, según el decreto ley 815, aprobado en 1989. Sin embargo, la Ciudad viene aplicando sucesivos recortes en los últimos dos años: en 2014, giró 113 millones de pesos menos, de los 990 solicitados, y en 2015, 226 millones de pesos menos de los 1.165 correspondientes.  Además este año otorgó sólo una partida de 44 millones de pesos, de los 158 millones solicitados, para responder a los compromisos asumidos por el Hospital en el marco del acuerdo paritario, homologado por el ministerio de Trabajo de la Nación. En total es un recorte de 453 millones de pesos." 
La respuesta del Gobierno de la Ciudad es escudarse en restricciones presupuestarias en función del presupuesto aprobado por la Legislatura. En tren de tomarnos a todos por tontos, pareciera que la formulación del presupuesto no corriera por cuenta del Poder Ejecutivo a cargo de Mauricio Macri ni que la fuerza política que tiene el PRO en la Legislatura no tuviera capacidad de incidir en el resultado de la votación (más aún cuando a ningún opositor se le ocurriría pedir un recorte al presupuesto de un hospital).
Lo cierto es que además el poder ejecutivo cuenta con amplias facultades para mover partidas presupuestarias allí donde surjan necesidades. Es de hecho lo que ha venido ocurriendo con las partidas para publicidad y propaganda, que tienen una ejecución muy superior al presupuesto que aprueba cada año la Legislatura:


En promedio, la sobreejecución del presupuesto en publicidad es del 58,33%, lo que en números se traduce de la siguiente manera:


 Como podemos ver, la sobreejecución del presupuesto en Publicidad y Propaganda duplica el monto que la Comunidad del Hospital Garrahan le reclama a la Ciudad, y en este caso el Gobierno de la Ciudad también sabía de antemano el presupuesto, pero por alguna razón decidió no ajustarse ni pedirle a nadie que se acomode a una restricción presupuestaria. 
Rodríguez Larreta no está diciendo la verdad. Se trata de un tema de prioridades (o sea, político), que se puede observar en el porcentaje cada vez menor que la inversión en Salud representa para el presupuesto local:


Macri le sacó 450 palos al Garrahan porque se atienden chicos que no son porteños. Decime que lo votás porque te importan los pibes de Chaco. Y juntá tapitas.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Alquilar no se puede


Luego de muchos años de macrismo, hay algunas cuestiones que tienen que ver con el desarrollo de las campañas que muestran líneas de continuidad bastante a la vista, pero que no por ello dejan de ser muy efectivas y difíciles de contrarrestar.
Muchas veces logro llamar la atención de algún interlocutor diciéndole que los globos me parecen una forma muy inteligente de hacer campaña. Es cierto que no sólo logro llamar la atención, sino que a veces también me insultan. Paso a explicar: el PRO es una fuerza política que, más allá de muchos aciertos que no deseo discutir ahora, tiene que trabajar duro para ocultar su costado menos amable: el que creó la UCEP, el que reprime con la Policía Metropolitana, el de un Jefe de Gobierno procesado por montar una red de espionaje, el que disminuye la participación de salud, educación y vivienda en el presupuesto, el que aumenta la mortalidad infantil, en fin, la lista es larga. Un modelo de estado privatizador, que aumenta impuestos y multiplica la deuda. 
Más o menos todo eso que los principales medios le tapan bastante bien.
No obstante, en las campañas Durán Barba insiste en el reparto de globos y sonrisas. La idea, bastante efectiva en esta Ciudad, es mostrar al PRO como un partido cariñoso con los votantes.
Más allá de estos detalles, me quiero centrar en las campañas publicitarias y cómo estas apuntan no sólo a cubrir las falencias de gestión sino a satisfacer las demandas de determinado universo de votantes.

Publicidad oficial



La Ciudad tiró la casa por la ventana en materia de publicidad durante el primer semestre del año: gastó $ 655.999.272,79, un 245,21% más que en el primer semestre del 2014. Respecto del total gastado durante el 2014 ($ 720.043.800,85), es apenas un 8,9% menos.


El gasto en publicidad creció entre 2007 y 2014 un 1285,71%, muy por encima de cualquier registro de aumento de gastos o ingresos. Porcentualmente, pasó de un 0,57% del gasto total en 2007 a un 1,05% en 2014. Cabe destacar que en el primer semestre de este año electoral, lo destinado a publicidad oficial alcanzó el 1,81% del total de gastos:


No cuento con datos del gasto en publicidad discriminados por campaña, pero todos hemos visto la gráfica, escuchado el aviso en radio y el spot de TV, en el que por cierto no se han privado de poner la voz, la cara y la buena onda de Mauricio Macri. Seguramente se han gastado varios millones de pesos en esta campaña:



El aviso apunta a mostrar a Macri preocupado por un problema que afecta no sólo a los porteños sino a millones de argentinos, mostrando un costado social que está lejísimos de lo que ha sido su gestión en materia de vivienda al frente del Gobierno de la Ciudad: el IVC dejó de solicitar permisos de construcción ya en 2010 y la participación de la inversión en vivienda cayó del 2,92% del presupuesto en 2007 al 1,71% en 2014.

Alquilar en la Ciudad:

La Ciudad viene sufriendo un proceso de concentración de la propiedad que se ha pronunciado durante el gobierno de Macri. Casi uno de cada tres porteños alquila la vivienda en que vive, con los problemas que ello trae aparejado a la hora de renovar un alquiler o cambiar de hogar:


El Gobierno de la Ciudad ha sido un testigo inerte ante esta situación: si hay un mercado en el que la intervención del Gobierno de la Ciudad es prácticamente nula (por lo menos en lo que hace a ponerse del lado del eslabón más débil, que son quienes padecen algún tipo de déficit habitacional, porque a la hora de promover algunos negocios son bastante activos) es el mercado inmobiliario.
La propuesta de prestar dinero para el depósito inicial y ayudar a obtener garantías, mientras el Estado porteño no hace nada para promover el aumento del stock de viviendas o alentar el alquiler de viviendas ociosas, solamente sirve para encarecer los precios de los alquileres, si es que el programa tuviera éxito..., porque en definitiva la propuesta macrista no ha tenido en cuenta la potencial resistencia de locadores y agentes inmobiliarios a la solución ofrecida.
Claro está, en la formulación de políticas públicas es fundamental prever las posibilidades de implementación. En este caso, dicho análisis no se hizo adecuadamente o se ignoró adrede el resultado. Al fin y al cabo, el objetivo era publicitario.

Candidato

Horas después de publicado este post, vi un tweet de @romerodiario que posteaba esta imagen de TN, de marzo de este año:


La nota es bastante explícita:
"Mauricio Macri le pone proa al lanzamiento de su campaña a presidente con el plan "Alquilar se puede" que busca resolver un problema que tienen muchos estudiantes y familias que vienen a vivir a Buenos Aires: la falta de un garante para alquilar. El Banco Ciudad ocupará ese lugar y a su vez otorgará préstamos para los gastos iniciales. El candidato busca así mostrarse como una solución a un problema cotidiano de la gente."
La negrita es de TN!
Sigue luego:
"La conmoción que generó la muerte del fiscal Alberto Nisman pospuso varios lanzamientos políticos. Entre ellos, el plan Alquilar se puede del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que ahora será utilizado por Mauricio Macri como un trampolín para sus ambiciones presidenciales."
Esta negrita sí es mía. Más explícito, imposible.

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