lunes, 21 de febrero de 2011

Nunca Menos


Finalmente el Ministerio de Hacienda del Gobierno de la Ciudad entregó las cifras provisorias (los números finales vendrán de la mano de la Cuenta de Inversión un poco más adelante) de la ejecución presupuestaria correspondiente al año 2010. 
Los datos permiten, en este caso, actualizar algunos informes que hemos publicado anteriormente, y tal vez lo haga para cada tema en particular en notas posteriores, pero lo que se desprende a primera vista del informe de ejecución presupuestaria es que el camino de reducción de la participación de áreas sociales en el gasto total de la Ciudad iniciado ya desde comienzos de la gestión de Mauricio Macri tiende a profundizarse, más allá de los conflictos con docentes y estudiantes o lo ocurrido con el tema de la vivienda a fines del año pasado.
A esta altura, me resulta muy difícil no reiterarme en lo que ya he comentado largamente en este blog. El cuadro que encabeza la nota es elocuente: la suma de los porcentajes de participación de los Ministerios de Salud y Educación, más lo correspondiente al Instituto de Vivienda, sobre el total de gastos de la Ciudad, muestra una pérdida de ocho puntos porcentuales respecto del 2005 (último año de la gestión de Aníbal Ibarra).
Si tenemos en cuenta lo que significa un punto en el total de gastos de la administración pública en 2010, equivale a una pérdida conjunta de presupuesto de $ 1.600 millones.

Algunos datos:

El Ministerio de Educación, al que en el 2007 (último ejercicio previo al mandato del actual Jefe de Gobierno) le tocó el 27,84% del total de gastos, se llevó en 2010 el 24,75%. Según los parámetros de la ley de financiamiento educativo, el piso es el 27,57%. Todo ello en un marco de crecimiento de la participación de los subsidios a escuelas privadas dentro de la cartera educativa: las transferencias a Escuelas Privadas, que en 2007 fueron por $ 412 millones, en 2010 significaron  $ 918 millones. Su participación dentro del Ministerio de Educación pasó del 14,93% al 17,78%:


La Ejecución del presupuesto de infraestructura escolar respecto de lo aprobado por la Legislatura fue del 36,07 %.


El caso de Vivienda es paradigmático. Los conflictos del año pasado no fueron casuales sino que tienen estrecha relación con el abandono de la política de vivienda por parte de la Ciudad:


El gráfico no está hecho en base a valores reales, sino nominales. En el año 2005 la Ciudad destinó $ 214 millones a la política de Vivienda y en el año 2010 la suma de $ 231 millones. Eso sí, mientras el gasto total de la Ciudad en 2005 ascendió a $ 5.815 millones, en 2010 multiplicó esa cifra casi por cuatro. La principal explicación la podemos encontrar en el derrumbe de los niveles de ejecución presupuestaria: 


El presupuesto del Instituto de Vivienda fue ejecutado en tan solo el 44,6 % en 2010. Sobre el total de Gastos, el Instituto de Vivienda se llevó solamente el 1,1%. En 2007 era el 2,91%:

 
El Ministerio de Salud también registró la menor participación sobre el total de gastos de los últimos 10 años: el 20,71%.
La gestión de los contratos de residuos alcanzó un nuevo récord: $ 1.364 millones, es decir el doble de lo que se gastaba en 2007.
Eso sí, la publicidad oficial tuvo otro año de rotundo éxito presupuestario: la Secretaría de Comunicación Social llegó a gastar en "Publicidad y Propaganda" la suma de $ 136.685.013,62, cuando su presupuesto original era de $ 95.900.697. Es decir, una ejecución del 142,52 % del presupuesto, engrosado a costa de comedores escolares, por ejemplo.

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