Otra vez una tragedia en lo que comúnmente se denomina accidente de tránsito, esta vez amplificada por las imágenes de un ómnibus arrollado por una formación de tren y por la cantidad de víctimas (hasta ahora 11 muertos y más de 200 heridos).
El espacio que el declive en el interés por la suerte de Candela fue dejando en los medios encontró algo con que llenarlo, y aparecieron los debates sobre seguridad vial y ferroviaria, y sobre los responsables: que el chofer del colectivo, que el guardabarrera, que la empresa TBA, que el Gobierno Nacional, que la Policía Metropolitana y quien sabe quienes más.
Francamente, como en otros casos en los que se pierden vidas de formas tan evitables, me parece algo secundario el listado de responsables, aunque me produce bastante desagrado la utilización política de estas cosas. Quiero decir, la utilización política no en el sentido de buscar reflexiones respecto de estos asuntos que ayuden a evitarlos, sino esa cosa de ver a quién le echamos la culpa para sacar algún rédito e irnos a dormir tranquilos esperando la próxima vez en que podamos señalar con el dedo a alguien. Como dije en alguna otra ocasión:
Si no se hace hincapié en la necesidad de educar a los ciudadanos para cuidar su vida y la de los otros a través del cumplimiento de las normas vamos a seguir, como siempre, pensando que la culpa es "del gobierno". Mientras tanto, en número comparable con cualquier estadística criminal mucha gente muere debajo de los escombros en derrumbes como el de ayer o en infinidad de "accidentes" de tránsito que se producen por la anomia generalizada de quienes creen que las normas son algo que "el gobierno" debe hacer cumplir y que no tienen nada que ver con mejorar nuestras condiciones de vida.Entre medio de la cadena de acusaciones, me llamó mucho la atención la declaración del Ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad, Guillermo Montenegro, que se quejó de los amparos que impiden la construcción de pasos bajo nivel. También las quejas del Jefe de Gobierno respecto de la demora en lo que hace al soterramiento del Sarmiento.
Poner los trenes bajo la superficie no es un invento nuevo ni mucho menos. Sus ventajas son enormes, ya que se puede aumentar las frecuencias sustancialmente (sobre la superficie las barreras pasarían bajas demasiado tiempo), reducir la polución ambiental que genera el ruido de los trenes y el consumo de combustible de coches que esperan para cruzar y sin duda que se evitarían "accidentes" como el de ayer.
Los pasos bajo nivel me generan algunas dudas. No sólo porque retrasan la solución de fondo (el soterramiento), aunque parece que hablamos de un plazo inimaginable de tiempo y mientras tanto pueden ser útiles. Los vecinos que han presentado amparos contra ellos lo hacen porque se los planifica en calles en las que en algunos casos ni siquiera hay paso a nivel, donde no se soluciona el tránsito y se genera una degradación de la zona metiendo un túnel en medio. De lo que no tengo dudas es que en ningún caso hay proyectados túneles bajo nivel en el recorrido del Sarmiento. ¿De qué se quejaba Montenegro entonces?
Aquí es donde me surgen algunos interrogantes respecto del lugar desde donde se mira el mostrador. La imagen que encabeza este post está tomada de la web de la empresa ODS, al la que pertenece IECSA, a cargo de Ángelo Calcaterra, primo de Mauricio Macri y que integra el Consorcio Nuevo Sarmiento junto con las firmas Obedrecht y Ghella. Ghella e IECSA están a cargo de la obra del Maldonado, sobre la que también hablamos en otra oportunidad señalando algunas irregularidades.
En definitiva, el reclamo de Macri: ¿lo hace porque cree en la solución o porque se trata de un negocio familiar? Montenegro, ¿reclama por pasos bajo a nivel en una línea que no los tiene proyectados porque también ODS los hace?
Francamente, no tengo respuestas a esas preguntas pero creo que sería lógico no tener que formularlas.
El tema nos llama la atención por la magnitud, pero los "accidentes" de tren por gente que cruza en forma imprudente (tanto a pie como en cualquier tipo de vehículo) se repiten con bastante frecuencia y no van a ser evitados ni a corto ni a mediano plazo por soterramientos ni por un puñado de pasos bajo a nivel. Lo que me parece es que ante este tipo de hechos, que involucran vidas que se perdieron, es necesario que más allá de los esfuerzos que se puedan hacer en obras públicas que mejoren la infraestructura de transporte (muy necesarias por cierto) hay que focalizar sobre la necesidad de educar. Dejar la imagen de que se hace lobby a favor de un puñado de empresas no tiene nada que ver con eso.
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