lunes, 2 de noviembre de 2009

El fútbol y la televisión pública


Podría hacer una larga lista de medidas tomadas por el Gobierno que comparto. Por supuesto que también tengo críticas, pero entre estas últimas debo decir que lo que menos me gusta es el empeño que se pone algunas veces para caricaturizar algunas buenas decisiones.
Dicho de otro modo, si se convierte una puja por un par de puntos de derecho de exportación adicionales al comercio de soja en la lucha por la reforma agraria, probablemente se termine retrocediendo, además de abrir el camino para un fuerte retroceso en la implementación de políticas redistributivas.
¿Cabe alguna duda de que el próximo gobierno va a reducir fuertemente las retenciones y va a volver al camino del endeudamiento para cubrir ese agujero fiscal? Fue esta administración la que logró que la discusión sobre el nivel de derechos de exportación se convierta en una discusión sobre su subsistencia como política tributaria.
Cuando estaba a punto de resolverse la rescisión del contrato entre la AFA y el Grupo Clarín me permití opinar algunas cosas sobre el tema, y me pareció lógico apoyar abiertamente la posibilidad de que la televisión pública se haga con los derechos de transmisión.
Van casi tres meses desde que se produjeron los cambios, y me parece que hay algunos temas que merecen un análisis detallado.
En primer lugar, me preocupa especialmente que las transmisiones de los partidos de fútbol se hagan casi exclusivamente con publicidad oficial. No me parece del todo mal que dicha publicidad se quiera emitir cuando se pasan partidos de fútbol (al fin y al cabo tienen una buena cantidad de rating garantizado), pero que sólo podamos ver los logros del gobierno no sólo es bastante burdo, sino además muy costoso.
Habría que empezar por hacerle entender a los cerebros a cargo de tamaña decisión que la gente no mira la televisión pública para ver la propaganda del Gobierno sino para ver buenas programaciones, que por cierto las tiene (Visión 7 Internacional, Capusotto, Ciega a citas, etc.) y que el bombardeo de spots sobre logros de gestión aburre y cansa. Es fantástico que se tenga la decisión de terminar Atucha II, y será bueno que se concrete la promesa, pero el mensaje de "estamos contentos" que se puede ver en esta y otras propagandas de esta administración es tan torpe como decorar todos los días la tapa de tu diario con malas noticias porque ves afectados tus negocios por las decisiones del Gobierno.
La otra cara del problema es que se da parte de la razón a quienes hablaron de la "estatización" del fútbol y opinaron respecto de destinos mejores para los dineros públicos. No hace falta convertir al fútbol en un gasto para el Estado cuando puede ser un buen negocio. Lo que se está haciendo en buena medida servirá de excusa en el futuro para que el Estado pierda una buena fuente de ingresos como la que pueden generar estas transmisiones.


PD: Encima cambiamos a Fernando Niembro por Marcelo Araujo, uf...

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